domingo, 1 de julio de 2007

Lotro dia me encontré este texto el cual reproduzco fielmente porque en verdad me llego, hagan de cuenta que yo lo escribi...je..!

**Aspiro a ser prostituta de lujo**

Yo soy una prostituta, actualmente de clase media, pero aspiro a ser una gran prostituta de lujo. Permitidme utilizar el femenino de prostituta porque me da más juego y es, quizás, más ilustrativo, pero podría haber utilizado perfectamente el masculino. No te escandalices de oir esto, yo soy una prostituta y tú probablemente también lo seas, aunque sólo sea por pura probabilidad.

Soy prostituta porque vendo mi cuerpo, mi mente y mi tiempo a cambio de dinero. Mi cuerpo porque lo tengo que llevar a trabajar a un sitio donde no todos los días me apetece ir (o joder mis preciados riñones todo el día en una silla, que valen un buen pico en el mercado negro); mi mente porque a veces tengo que acatar decisiones ajenas que no comparto o porque tengo que poner buena cara a clientes que no me caen bien y por último mi tiempo porque lo tengo que dedicar a cosas que roban de mis verdaderas inquietudes. Y todo ello por dinero, porque si no no las haría. Y no me estoy quejando de mi trabajo, que por otra parte me gusta, ni de mis "madames", de los que estoy satisfecho y se portan bien. Estoy hablando de la propia esencia del trabajo. Las diferencias con las prostitución sexual son las mismas que entre un informático y un médico. Ámbitos laborales distintos implican prostituir distintas partes del cuerpo y de la mente en diferente medida.

Por supuesto que la explotación está fatal en cualquier ámbito de trabajo, y me permito el lujo de hacer comparaciones de igualdad entre prostitución sexual y prostitución laboral "ordinaria" porque sólo admito en este debate aquella ejercida libremente sin coacciones ni presiones, por pequeña o grande que sea estadísticamente frente al global de la prostitución. Cualquier otra forma de prostitución es aberrante y perseguible, pero queda fuera de mi exposición en este momento.

Y como decía unas líneas más arriba no quiero que te lleves las manos a la cabeza. Si aceptamos la estadística probablemente hayas caído aquí siento una prostituta de rango medio-bajo, pero en cualquier caso te sitúas obligatoriamente dentro de uno de estos grupos:

  • Pro-prostituta: Estás preparándote para poder ser una buena prostituta. Cuanto mayor sea la preparación más agradable será el ámbito de trabajo (que no los clientes), mayor el poder de decisión y de elección. Si tem preparas bien y tienes suerte podrás llegar a ser la gran soñada prostituta de lujo, en la que cobres mucho dinero por tus servicios.
  • Prostituta: La gran mayoría de los trabajadores.
  • Prostituta de lujo: Es una puta que ha conseguido, por su preparación y experiencia, tener cierta capacidad de decisión, pero se caracteriza por cobrar mucho por hacer su trabajo (no necesariamente bien, por otra parte).
  • Madame: Puede a su vez ser o no prostituta de otra madame superior. Está a cargo de unas cuentas y toma las decisiones sobre los clientes y trabajos que deben desempeñar estos.
  • Buscando clientes desesperadamente: el grupo más duro, quieren ser prostitutas pero no encuentran clientes o madames que las amparen.

Además, se dan más coincidencias. Nadie dirá que el sexo es malo, pero la prostitución sexual no es como practicarlo en tu casa. Por otro lado, mi trabajo sin ir más lejos, me encanta, hago cosas que me encantan, que haría en mi casa tranquilamente, que son parte de mi hobbie, pero el hecho de ser trabajo condiciona igual que lo hace a otro tipo de sectores. Y al margen de cuestiones morales y/o religiosas podría enumerar varias decenas de trabajos, así de carrerilla, bastante más desagradables y escatológicos que el de las verdaderas puta. Y entrando en el tema moral y ético se me ocurren otros tantos más condenables e injustos, aunque no medie la carne.

Así de simple es la vida (y de dura). Como decía un dicho popular, “fíjate si será malo el trabajo que hasta te pagan por hacerlo”. A prostituirse toca señoritas. Y de paso respetemos a las otras.

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