viernes, 19 de junio de 2009

Sobre mis placeres culpables y no tan culpables


No me gustan los zapatos, raro de creer en una mujer no?
Mis mejores momentos en la vida han sido sin zapatos, eso es definitivo... Si yo pudiera andar siempre sin esas molestas cosas en mis pies seria totalmente feliz, un día prueba las sensaciones al sentir la planta de tu pie rozando delicadamente texturas varias, sin miedo a lo que hay bajo tu piel, solo ir caminando sobre pequeñas rocas de hormiguero, sobre hierba mojada, sobre la arena de la playa, el mosaico frío del piso, la tierra áspera. Sentir, sentir todo empieza a sentirse por los pies
.
Hace algun tiempo estuve en un lugar llamado Villa Gesell, especialmente maravilloso para mi porque podia salir a cualquier sitio sin zapatos.
Supongamos que estoy parada enmedio y tenia bajo mis pies arena, a mi derecha el mar azul maravilloso frío y furioso, a mi izq
uierda unos metros alejado un pequeño bosque, al frente y a kilometros alejado la ciudad toda sobre arena, atrás de mi cabañas de los pobladores. PEro todo a excepcion del bosque era arena.

Recuerdo haber salido corriendo tal vez a las 2 de la mañana junto con MArzioni hacia el mar con un frío tenue, con la luna brillante hasta decir basta, descalza y recuerdo haberme parado frente al mar frio oscuro y furioso y dejar que sensualmente rozara mis pies como una relación sexual entre las aguas del Atlántico y yo.

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